1. Inconsistencias en la interfaz de usuario
Uno de los objetivos de Microsoft con Windows 11 era modernizar el aspecto de su Sistema Operativo, adoptar un diseño más sencillo, parecido al estilo de Apple o el de los móviles.
En este sentido, Windows 11 cumple su papel en parte. Aunque muchas de las novedades del SO tienen una presentación muy limpia y atractiva, Microsoft ha mantenido muchos programas y aplicaciones del pasado intactos. Y su estética algo añeja desentona mucho con el nuevo lavado de cara de Windows.
Hay elementos de Windows 10, sí, pero también decisiones de diseño que pertenecen a Windows Vista e incluso al aún más lejano Windows XP. MS tendría que hacer mucha limpieza, jubilar ciertos aspectos de su interfaz y apostar por una modernización total y coherente.
2. Una barra de tareas muy limitada
Windows 11 quería convertir la barra de tareas en la nueva gran protagonista. Y lo ha conseguido en parte.
Por un lado, la actual barra de tareas es más moderna e incluye casi todas las aplicaciones básicas para trabajar en PC. Y si no está la app que necesitas, puedes incluirla sin problemas.
Lo extraño es que se ha dado muchos pasos hacia atrás en aspectos de configuración básica. Por ejemplo, ya no puedes cambiar el tamaño de la barra de tareas. O cambiar de orientación o moverla.
La información complementaria que suele incluir la barra de tareas, como la hora o la fecha actual, no se muestra en el segundo monitor de tu PC.
Todas estas ausencias eran opciones que estaban disponibles en Windows 10 y no se entiende que hayan desaparecido.
3. Un menú de inicio de Windows 11 algo limitado
Si echas un vistazo a tu menú de inicio de Windows 11, seguro que te viene una palabra a la mente: austero. Esta sección está más vacía que nunca. Y es que Microsoft ha quitado elementos del menú de Windows 10 que quizás no todo el mundo usaba, pero no los ha reemplazado por otras opciones.
Como resultado, siempre da la sensación de que falta información, aunque sea anecdótica. Por ejemplo, Microsoft ha eliminado las Live Tiles, las baldosas animadas que en Windows 10 realizaban diferentes recomendaciones tras analizar tus preferencias.
De nuevo, no todo el mundo eran de las Live Tiles pero, ¿qué hay de los que sí las usaban? Se han quedado sin un reemplazo digno.
Más ausencias inexplicables: con Windows 10 podías crear grupos de apps en el menú de inicio. De esta forma era muy fácil acceder a un conjunto de programas centrados por ejemplo en productividad. El nuevo menú de inicio permite anclar apps, pero nada más.
¿Se acabará de completar el menú de inicio de Windows 11 en próximas actualizaciones?
4. Programas innecesarios que nadie utiliza
Microsoft es muy dada a meter programas innecesarios que se instalan automáticamente con su Windows en un intento por conseguir que sean más utilizados.
Windows 10 venía con muchos juegos preinstalados que seguramente jamás llegaste a probar, y algo similar ocurre con Win 11. Es más, seguramente uno de tus primeros pasos con el Sistema Operativo actualizado fue borrar todo ese software que ocupa espacio e incluso puede perjudicar el rendimiento del PC.
5. Muchos errores, bugs e inconsistencias
¿Por qué mucha gente decidió ni pasarse tan rápidamente a Windows 8? Porque se intuía que sus primeras versiones tendrían muchos bugs. Y así fue. Lo mismo ocurrió con Windows 10. Y es lo que ocurre con Windows 11.
Por ejemplo, si en su momento tenías muchos problemas de compatibilidad entre Win 10 y los drivers de tu impresora, estos mismos errores han regresado en Windows 11. Incluso han regresado bugs que en teoría Microsoft había prometido erradicar para siempre.
Si los bugs fueran el único problema actual de Windows 11, no pasaría nada. Habría que tener paciencia a cambio de disfrutar de sus novedades. Ahora bien, debido a las ausencias y limitaciones mencionadas en otros apartados, los bugs pueden ser la guinda del pastel que acaben haciéndote decidir por esperar a una actualización que solucione todo lo que Win 11 tiene pendiente de arreglar.