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Expertos confirman el brutal daño que la IA le está haciendo al ser humano: «Ni aprendiendo ni reteniendo nada»

Expertos confirman el brutal daño que la IA le está haciendo al ser humano: «Ni aprendiendo ni reteniendo nada»

Expertos alertan de que depender demasiado de la inteligencia artificial podría estar debilitando habilidades clave como la memoria, el análisis y el pensamiento crítico.

🔍  💸  Usar inteligencia artificial se ha convertido en un hábito diario para millones de personas. Desde pedirle a ChatGPT que nos escriba un email hasta delegar tareas de memoria o redacción a herramientas como Gemini o Copilot, lo cierto es que cada vez pensamos menos por nosotros mismos.🎉

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Usar inteligencia artificial se ha convertido en un hábito diario para millones de personas. Desde pedirle a ChatGPT que nos escriba un email hasta delegar tareas de memoria o redacción a herramientas como Gemini o Copilot, lo cierto es que cada vez pensamos menos por nosotros mismos.

Esta tendencia, según varios expertos, podría estar dañando de forma silenciosa nuestra capacidad cognitiva. La IA no solo está facilitando nuestras vidas, también podría estar robándonos lo que nos hace humanos, como la capacidad de aprender, retener y pensar con criterio.

La pregunta no es si la inteligencia artificial está cambiando la forma en que usamos el cerebro. Eso ya está ocurriendo. El debate ahora gira en torno a si este cambio es positivo, o si más bien nos está haciendo dependientes de una tecnología que piensa por nosotros.

El pensamiento crítico, en retroceso

Varios estudios apuntan a una misma dirección, que cuanto más usamos la IA para resolver problemas o tomar decisiones, menos desarrollamos nuestras propias capacidades. Un informe de la SBS Swiss Business School reveló que las personas que más dependen de la IA tienen peor desempeño en habilidades como el análisis crítico, según The Guardian.

En palabras de uno de los participantes del estudio: «Es fantástico tener toda esta información al alcance de la mano, pero a veces me preocupa no estar aprendiendo ni reteniendo nada. Dependo tanto de la IA que no creo que sabría resolver ciertos problemas sin ella».

Persona con problemas al usar la inteligencia artificial

 

La tendencia no es nueva. Ya antes de la explosión de la IA, el GPS redujo nuestra capacidad de orientación, las redes sociales mermaron la atención y los buscadores sustituyeron la memoria.

Ahora, herramientas generativas como ChatGPT pueden redactar textos, resolver ejercicios e incluso dar consejos emocionales. El problema no es solo que lo hagan, sino que lo hacen mejor que nosotros y eso nos desanima a intentarlo.

La comodidad que ofrece la inteligencia artificial tiene un precio, el deterioro de las rutas neuronales que usamos para resolver problemas. Igual que dejar de hacer ejercicio físico debilita los músculos, dejar de pensar por uno mismo debilita el cerebro. Automatizar tareas como redactar, investigar o reflexionar reduce la práctica cognitiva, y eso pasa factura.

Estudios recientes han observado una caída en los niveles de pensamiento crítico y capacidad de atención, especialmente en generaciones jóvenes. Aunque no se puede culpar únicamente a la IA, factores como la alimentación, el estrés o la educación también influyen, su papel en esta evolución es cada vez más claro.

¿La IA mejora la creatividad o la reemplaza?

Otro punto en discusión es el impacto de la inteligencia artificial en la creatividad. Por un lado, hay quienes afirman que herramientas como Midjourney o DALL•E ayudan a generar ideas más rápido. Pero varios investigadores señalan que estas ideas tienden a ser más homogéneas. Es decir, más cantidad, sí, pero menos originalidad.

Robert Sternberg, psicólogo experto en inteligencia, lo resume en un ensayo reciente publicado en el Journal of Intelligence: «La IA generativa es replicativa. Puede recombinar y reordenar ideas, pero no está claro que genere las ideas revolucionarias que el mundo necesita para resolver los graves problemas que enfrenta».

En el fondo, eso significa que puede ayudarnos a crear más, pero no necesariamente a crear mejor. El mayor riesgo, según muchos expertos, no es que la IA nos haga más vagos, sino que dejemos de aprender por el simple hecho de que ya no lo necesitamos.

La recompensa cerebral que obtenemos al resolver un problema, tener una idea brillante o entender algo por nosotros mismos es clave para consolidar el aprendizaje. Cuando la IA nos da la respuesta directamente, esa chispa simplemente no se enciende.

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